Manuel Francisco Reina considera este libro una obra coral, fruto de la escritura solidaria y mancomunada de dos poetas de distintas generaciones y trayectorias, unidos por un ideal común: denunciar ante la sociedad los riesgos e injusticias de la globalización, abogando por la unidad de los afectados –que, en realidad, somos todos- para combatirlas.
                A propósito de El mánager de la lluvia, publicado por CVA (Compañía de Versos Anónimos) en Granada y presentado el pasado viernes, día 30 de abril, publicamos la entrevista mantenida con sus autores, Víctor Alija y Dolors Alberola, cuando el libro salió de la imprenta. Dicha entrevista tuvo lugar en una céntrica cafetería de la ciudad de Cádiz. En ella puede observarse la génesis del libro, desde el chispazo inicial, meramente anecdótico, hasta la concepción definitiva del mismo y el compromiso de sus autores, sabedores –dice Manuel Francisco Reina- de que “cuando los dioses te regalan un don, te espolean con un látigo”.
                Un doble compromiso, conviene subrayarlo: con el momento histórico y la sociedad que lo protagoniza, por una parte, y por otra con la propia literatura. Con la sociedad, mediante la denuncia y el pálpito solidario que se deja sentir en cada uno de los poemas; con la literatura, creando belleza, desde la convicción de que, si ésta se pierde, con ella se van los sueños, la utopía, todo lo hermoso y noble de la existencia humana, para dejar su puesto al pesimismo y la resignación.

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"Este libro obedece a su propio modelo. No creo que el poeta deba seguir escuela ni adorar sino a la propia palabra" (Dolors Alberola)

- Al ver la portada de El mánager de la lluvia, la primera pregunta surge automáticamente: ¿por qué un libro a dos manos?

Víctor Alija.- Realmente este libro surgió casi de manera espontánea. Fruto de la admiración mutua y de la amistad que nos une a Dolors y a mí. Si no recuerdo mal, tras un recital de Alberola en Granada, entre versos y confidencias surgió la idea de escribir entre los dos esta denuncia social que llega bajo el manto de la lluvia. En épocas como esta que nos está tocando vivir, creo que los poetas tenemos el deber de unir la palabra frente a la injusticia y la corrupción a la que se está sometiendo a la sociedad. Más que a dos manos, yo diría que unimos dos voces con el afán, el ímpetu y el sueño de poder despertar la conciencia de muchos.

Dolors Alberola.- Porque la poesía es libertad y pienso que cada uno puede elegir el modo de escribirla. Nos apeteció nacerlo juntos porque cada uno creemos en el trabajo del otro, amén de en la gran amistad que nos une.

-En cualquier caso, la experiencia no es nueva. Recordemos, por citar un ejemplo polémico y conocido, el caso de Tristia, de Luis García Montero y Álvaro Salvador. ¿Obedece este libro a algún modelo?

V.A.- No. En ningún caso. Es un error encerrar la palabra o encasillar las páginas donde éstas se esconden dentro de modelos, arquetipos y demás. La poesía, el verso, ha de ser un pájaro libre capaz de admirar las maravillas que se extienden bajo él. Seguir la huella o la sombra de otros no hace sino empobrecer el camino del auténtico poeta. No nos interesan los plagios estéticos que tanto abundan en la literatura contemporánea. Eso, quizás, sea más de interés de quienes se preocupan solamente por vender libros o figurar en las páginas de los periódicos. En este libro además, aunque bajo el título rece la autoría de ambos, de Dolors y mía, la paternidad de los poemas queda bajo el anonimato. Este poemario no es un pulso entre poetas, es una palabra compartida.

D.A.- Este libro obedece a su propio modelo. No creo que el poeta deba seguir escuela ni adorar sino a la propia palabra.

"Un intento para que el lector medite sobre la realidad que lo rodea y le concierne. Un abramos los ojos y reaccionemos contra quienes asfixian nuestro futuro" (Víctor Alija)

- ¿Podríais explicar el título, cuál es el contenido y qué relación existe entre uno y otro?

D.A.- El título obedece a un tema afectuoso entre los autores. Sencillamente al hecho de encontrarnos varias veces bajo la lluvia en la maravillosa ciudad de Granada y que Víctor me dijera que yo llevaba la lluvia y que de suceder más veces me iba a proponer en las distintas poblaciones cuando hubiera sequía y contestarle yo que él sería mi mánager: El mánager de la lluvia. Luego, la anécdota fue cambiando de dirección y adquiriendo el sentido que hoy tiene.

V. A.- Existen dos maneras diferentes de entender este título. Una de ellas, más personal, la ha expuesto ya Dolors. La segunda es más obvia. Antes citaba el panorama actual que la sociedad está viviendo, ya sea en el ámbito político, laboral, económico e incluso personal. Llevamos ya la friolera de cinco años sumergidos en una borrasca de lluvia perenne, antinatural, castigadora y conflictiva, que es hija y producto de los señores que han sostenido la batuta estamental, financiera y religiosa de este país. Esos managers que han establecido este vertiginoso y largo tour de la lluvia, quienes se empeñan en convertir al ciudadano de a pie en responsable de la casi quiebra de un Estado donde los únicos que se han enriquecido millonariamente siguen postulándose entre las sillas de los dignatarios, esos managers son la diana forzosa y natural de estas páginas. Un intento para que el lector medite sobre la realidad que lo rodea y le concierne. Un abramos los ojos y reaccionemos contra quienes asfixian nuestro futuro.

"En cuanto a si existen dos concepciones distintas, no lo creo. Opino que la poesía solamente es una, lo otro no es poesía" (Dolors Alberola)

-A simple vista al menos, en el libro conviven dos voces, dos estilos, dos acentos, ¿en qué se diferencian?

V.A.-  Hay mucho distinto en los versos de Dolors y en los míos propios. Es obvio, sería un error no reconocerlo, que Dolors tiene una trayectoria literaria y de vida mucho más amplia que la mía. Esto le permite tener mucha más objetividad, e incluso subjetividad, con respecto a las circunstancias que nos rodean y sobrellevan. En la muy extensa bibliografía de Alberola existen muchas muestras de poesía que cumple con ese objetivo último de denuncia social, por citar una de ellas haré referencia a La escopeta de Lily Mae, libro del que estoy absolutamente enamorado. Yo, sin embargo, he trascendido con mi obra a un lado mucho más personal, desgarrado, existencialista quizás, pero sobre todo poesía de experiencia. Es la primera vez que dirijo mis palabras como arma de denuncia. Y quizás esto también convierta el libro en algo especial. Tenemos los ojos de quien ha vivido, aprendido y enseña; y los ojos de quien aún aprende para poder hacer acto de vida como en el caso de Dolors.

D.A.- Eso es un trabajo que corresponde a la crítica, yo puedo contestar en qué se unifican y es en el hecho del grito, de la no satisfacción con el horrible orden de valores actual, con el panorama de suciedad política y humana en que vivimos, con las injusticias, robos, violencia y todo lo que parece estar en pie y con el hecho de que lo negativo se imponga, se imponga la vulgaridad, se imponga la torpeza y la mediocridad, entre otras lacras.

-¿También dos concepciones distintas de la poesía? Y, si es así, ¿cuál es el punto de convergencia entre ambos?

V.A.- Creo a pies juntillas en algo que une la palabra de Dolors y la mía, algo a lo que ya Manuel Francisco Reina hacía referencia en su estupendo prólogo. En esa capacidad metafórica que ambos poseemos. Esa dotación, como Manuel nombra. Es evidente que nuestra poesía nace de cauces distintos, pero ambas se visten con la misma pasión y dibujan sobre el papel sueños parecidos que esperan puertas dispuestas a abrirse para hacerse realidad.

D.A.- Esta pregunta ya la contesté antes. En cuanto a si existen dos concepciones distintas, no lo creo. Opino que la poesía solamente es una, lo otro no es poesía.

"De manera casi inequívoca nos planteamos la necesidad de alzar la voz en contra de las injusticias que el tiempo nos planta descarado frente a las esperanzas casi baldías de una nación entera" (Víctor Alija)

- ¿Cómo surgió la idea? ¿Cómo se ha escrito El mánager de la lluvia?

D.A.- La idea, ya comenté que surgió un día de encuentro en Granada. Se ha escrito con libertad total y sin comentar uno con otro nada más que el hecho de que íbamos a emprender una temática con rasgos existenciales, un modo personal de poesía social que no perteneciera a ningún tema panfletario.
 
V.A.- Este libro nace a razón de un recital de Dolors en Granada. Creo recordar a una lectora, admiradora de ambos, Nuria Mut, que nos preguntó por qué no hacíamos algo juntos. No sé si ella se refería un recital o algo más concreto, pero la realidad es que a Dolors y a mí nos entusiasmó la idea. Enseguida pensamos en algo sólido y atemporal como un libro. De manera casi inequívoca nos planteamos la necesidad de alzar la voz en contra de las injusticias que el tiempo nos planta descarado frente a las esperanzas casi baldías ds una nación entera. El resto fue una puesta en común. Cincuenta poemas escritos a partes iguales. Un hijo deseado y querido por ambos.

"Detrás del coro no existe más tragedia que la que con la palabra se intenta exorcizar. La tragedia no está dentro del libro, está en el hombre mismo. La poesía siempre es luz, negra o blanca, siempre es magia y con ella pretende el que la sirve gritar contra lo que no debe ser" (Dolors Alberola)

-Las diferencias generacionales, obvias en este caso, ¿os han creado problemas éticos y estéticos? Y, en tal supuesto, ¿cómo los habéis resuelto?

V. A.- No. En absoluto. Creo que este poemario rezuma libertad de expresión y forma en todas las páginas que lo componen. A medida que fuimos poniendo en común nuestros textos, hemos disfrutado de una admiración sin ecuánime por la poesía del otro. Los textos que se ofrecen en este libro están tal cual fueron concebidos. No ha habido modificaciones ni cambios para adaptar los versos de uno a los del otro. Creo que esto es algo fundamental para que el libro no pierda frescura y profundidad.

D.A.- No creo que la conciencia del ser tenga diferencias generacionales, en tanto que todas las edades conviven en un hoy que es común y no existe daltonismo en la mirada. No hemos tenido que resolver sino el hecho de situar los poemas de modo que se fundieran sin partes ni firmas interiores ni nada que no fuera sencillamente la idea de libro.

-Manuel Francisco Reina, en su excelente prólogo, define este libro como un ejercicio coral: ¿qué tragedia subyace detrás del coro?

V.A.- La tragedia eterna del ser humano, por desgracia. Esto es un ciclo que se repite continuamente en la historia de las civilizaciones. El afán de poder del hombre sobre sus iguales, la ambición económica e incluso personal en detrimento de los pueblos. La concepción y el uso de lo religioso como llave de control de lo mundano. Lo único que nos ha salvado con respecto a otros episodios históricos es que aún no hemos llegado a las armas para destruir una Europa mil veces ya reconstruida. Aunque no debemos de obviar que también existen las guerras económicas capaces de crear nuevos imperios. Lo que no consiguiera Alemania en la Segunda Guerra mundial, quizá lo consiga, económicamente hablando, en la primera gran crisis del siglo XIX.

D.A.- Detrás del coro no existe más tragedia que la que con la palabra se intenta exorcizar. La tragedia no está dentro del libro, está en el hombre mismo. La poesía siempre es luz, negra o blanca, siempre es magia y con ella pretende el que la sirve gritar contra lo que no debe ser.

"Unos nuevos ojos que se abren, serán profeta o maestro para otros que aún permanecen cerrados" (Víctor Alija)

- ¿Qué aporta El mánager de la lluvia al siempre complejo panorama de la poesía actual?

D.A.- Aporta un grito más, aporta una ración doble de belleza, aporta nuestra fe en que el futuro todavía puede cambiar y nuestra rabia por la suciedad que no se purifica. Cada uno hace la revolución a su modo y la palabra es el nuestro.

V.A.- No es este un libro escrito para responder a cuestiones estéticas ni plásticas. No es un libro destinado a aparecer en las hojas de los periódicos. No es un poemario editado para programar listas de ventas. No es un manuscrito para satisfacer egos que necesitan puntos dentro de unas oposiciones. No son páginas que busquen premios ni compensaciones económicas. No es un título para engordar currículos. No es una publicación que responda a amiguismos políticos. Creo que en esto y mucho más se diferencia del panorama actual de la poesía. Del resto, de lo que subyace entre líneas, eso es trabajo del lector que lo estime.

- ¿Y cómo conecta con la realidad que vivimos?

D.A.- Conecta totalmente con la visión de un panorama generalizado del hoy que no debiera existir, del ayer que no debió pasar, del mañana que deseamos no sea otra vez erróneo. Evidentemente, como sucede en la pintura abstracta, el poeta traza unas líneas de palabras y el lector debe aportar el resto, ya que el mundo entero con toda su casuística no cabe en un poemario limitado, pero la poesía sí puede escapar de su cárcel escrita y expandirse ante el ojo del otro.

V.A.- La disyuntiva económica, las clases políticas y con poder, el abuso de los estamentos religiosos, la inmigración, los desahucios, el empobrecimiento social, el empobrecimiento laboral, la sensación de abocación al fracaso. Todo ello se refleja en El mánager de la lluvia, signos evidentes de la realidad actual.

- ¿Inspiración, trabajo, consciencia o conciencia?

D. A.- Todo a la vez, en esa coctelera del delirio, de la visión, de la convocación.

V.A.- Hay algo de todo ello en el proceso de construcción de El mánager... Trabajo constante para construir los cimientos de este legado de Alberola y mío. Inspiración, necesaria para la concepción de la escritura poética. No existe la poesía sin inspiración. El resto, como ya se ha mencionado antes, sería únicamente un trabajo estético, excepcional o no, según qué casos. Hay que ser conscientes de las luces y sombras que nos recorren y aguardan, de las coyunturas que nos hacen avanzar o retroceder, de las políticas que nos obligan, nos hacen libres o nos restan derechos, y en base a todo ello ser consciente de que es necesario actuar para revertir la realidad que nos toca. El mánager es una suma de estos cuatro puntos.

- ¿Qué esperáis de este libro?

D.A.- Lo que nos ha dado, poesía, luz, fraternidad, coherencia.

V.A.- Si estos versos son capaces de hacer meditar a uno sólo de los lectores que se pierdan en él, tendremos otro paso más ganado dentro de esta infinita lucha de justicia entre clases políticas y sociales. Lo fundamental es que la gente se dé cuenta de que en todos nosotros subyace la capacidad de cambio. Unos nuevos ojos que se abren, serán profeta o maestro para otros que aún permanecen cerrados.     
 
© J. B. Para EL Callejón del Gato, 2013